“Ruta del Adobe”, una postal de hace 300 años de Catamarca

Una histórica cantidad de construcciones hechas con lo más auténtico de los materiales, la tierra, que se moldea paso a paso y se convierte en piezas que forman gruesas paredes que sostienen maderas que forman los techos y fueron casonas e iglesias y desde hace 300 años forman en Catamarca lo se dio a llamar “La Ruta del Adobe”.

Turismo 06/06/2021 Redacción Yo Amo Catamarca Redacción Yo Amo Catamarca
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Iglesia de Andacollo, en el paraje La Falda, sobre Ruta Nacional 60.

En un trayecto de incomparables obras arquitectónicas, historia, adrenalina y gastronomía se conjugan en pueblitos y reliquias convirtiendo a nuestra provincia en uno de los destinos culturales más interesantes por las raíces y costumbres que conserva de antiguas culturas aborígenes.

A la vera de la Cordillera de los Andes, la Ruta Nacional 60 alberga un corredor turístico que revela una de las técnicas más ancestrales, artesanales y ecológicas de construcción: el adobe. 

Entre Tinogasta y Fiambalá este paseo invita a descubrir los secretos que guardan paredes levantadas a base de agua, tierra, arcilla y pasto, en iglesias, casonas y antiguos oratorios en un camino histórico y cultural que pone al descubierto gran parte de la identidad local, recomendado especialmente para los amantes de la arquitectura popular americana.

Capilla Nuestra Señora del Milagro pag 3

Capilla Nuestra Señora del Milagro

Este recorrido se completa en un día y transcurre a lo largo de 55 kilómetros de rutas asfaltadas y caminos consolidados. El viaje se realiza mediante una excursión guiada o también de manera particular, ya sea en auto, a caballo o bicicleta, destaca la información de la oficina oficial de turismo de la provincia.

A la vera del camino empiezan a visualizarse pequeñas construcciones y no tan pequeñas, unas habitadas y otras abandonadas, en las cercanías de la localidad Cerro Negro, hasta llegar a la ciudad de  Tinogasta, pasando por los pueblitos de Salado, Copacabana, La Puntilla, que nos remontan a los tiempos en que el ferrocarril era el motor de la economía local.

Ya en Tinogasta se puede visitar Casagrande, un edificio de 1808 que funciona hoy como complejo turístico, luego de haber pertenecido al Batallón de Cazadores de los Andes y ser casona de una familia tradicional. También es un atractivo de esta ciudad, el Museo Arqueológico “Tuilio Robaudi” y la Iglesia principal.

Continuando por la Ruta Nacional 60, llegamos a El Puesto, a 15 kilómetros de Tinogasta, un pueblito donde casi todas sus casas son de adobe y el edificio más antiguo es el Oratorio de los Orquera, erigido en 1740, cuando las familias construían capillas en sus estancias si no había un templo cerca. Esta construido al estilo antiguo, con paredes enterizas de ese material y las vigas de algarrobo doblado que caracterizan la arquitectura tradicional de la región.

Oratorio de los Ortega pag 3

Oratorio de los Orquera

El confesionario es de algarrobo macizo y tiene imágenes de la escuela cuzqueña, entre ellas una pintura de la Virgen amamantando al Niño Jesús, de 1717, llevada desde Chuquisaca (Bolivia), y un pequeño San Antonio de madera.

Junto al oratorio, una habitación de la misma época, con piso, paredes y gruesas columnas de adobe, obra de museo familiar.  Detrás del oratorio, hay un antiguo lagar de cuero y, hacia el fondo del predio, como un fiel testigo de la historia, un olivo de "fines del Siglo XVIII", según reza un cartel.

Cinco kilómetros más adelante, se encuentra la Iglesia de Andacollo, en el paraje La Falda. Es una construcción de mediados del siglo XIX, restaurada en el año 2001,  que combina paredes de adobe con molduras de cemento y cal, la cual fue dañada en parte por un movimiento sísmico. 

La Ruta del Adobe continúa por la localidad de Anillaco, unos km al Norte,  uno de los antiguos centros económicos y religiosos más importantes de la región. Fue en éste poblado donde asentó el Mayorazgo de Anillaco, y hoy se conserva el edificio residencial del mismo, en ruinas y la iglesia. 

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Construida en 1712 en adobe y algarrobo, y una de las obras arquitectónicas más destacadas de todo el circuito: la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario,  Monumento Histórico Provincial. Es uno de los templos más antiguos de Catamarca. Posee muros de adobe de un metro de ancho; el techo está realizado con cañas y barro, vigas curvadas de algarrobo. En su interior, un altar de barro, considerado único en Latinoamérica. Se destaca la puerta de Algarrobo, original, con el sistema de quicio y dintel con la inscripción en latín indicando el año de construcción.

Ya en el ingreso a Fiambalá, se encuentra el Monumento Histórico Nacional, la Iglesia de San Pedro, construida en 1770, por pedido del capitán español Domingo Carrizo, declarada también Monumento Histórico Nacional.

La iglesia forma parte del antiguo Mayorazgo de Fiambalá y en su interior conserva óleos cuzqueños y una talla de madera de San Pedro, totalmente articulada, de procedencia peruana. San Pedro, es el Patrono de Fiambalá, conocido en el lugar como el “Santo Caminador”, Patrono de los Viñedos. En la sacristía se ven numerosos pares de zapatos que le son entregados al santo como ofrenda. Según la leyenda, él camina entre las viñas y regresa al altar con espinas en su calzado. 

A unos metros, se encuentra la  Comandancia de Armas, construida en 1745, También obra de Domingo Carrizo. Era un conjunto arquitectónico donde se desarrollaban actividades militares. Consta de varias habitaciones alrededor de un patio central.

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